_Eres lo mas bonito del mundo, gracias por hacerme descubrir día tras día la magia del amor-me susurro. Mario mientras caminamos por las calles del barrio.
Los días pasaron y la calma volvió a mi vida. Yo pensaba que nada podría entorpecer mi mundo de felicidad pero estaba equibocada...
Y es que al igual que algunas palabras de hacen olvidar otras de hacen sufrir.
Jueves tarde, en la cafetería. Mario había quedado con sus amig@s para planear la fiesta del sábado.
_Ayer me compre un vestido-dijo Amara cuando hablaba conmigo.
_Yo no se que ponerme-respondí buscando su complicidad.
_Te dejaría ropa pero tenemos la misma talla.¿Que debes de tener? Una 38 o una 40. Yo estoy en una 34 o 36. Tía no te pareces en nada a las demás chicas con las que ha estado Mario, todas eran delgadas como palos.
Las palabras de Amara me silenciaron.¿Que quiera decir? ¿Que no soy lo suficiente para Mario? Desconecte de la combersacion de todo el grupo y empecé a comerme la cabeza. Cuando llegue a casa, encendí el ordenador y me puse a navegar por Internet. Sentí que las palabras de Amara me habían abierto los ojos: necesitaba perder dos kilos.
"Nadie dijo que fuera fácil llegar a ser una princesa", decía una pagina web sobre anorexia y bulimia... No despegue los ojos de la pantalla del ordenador y busque dietas mas infalibles y en poco tiempo... "Tan solo serán dos kilos" me decía a mi misma "lo puedo controlar".
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